viernes, 6 de junio de 2008

El Sabio de los más sabios

El sabio de los más sabios

Cuando yo cumplí los 25 años decidí casarme y me dijeron que existía un hombre que era el más sabio de los sabios. Decidí ir en busca de aquel nombre. Me tiré dos años andando en busca de aquel señor. Su castillo estaba en la cima de una hermosa montaña rodeado de jardines preciosos llenos de árboles de todo tipo y de plantas con un aroma fantástico.
Cuando llegué a la sala de aquel hombre tan maravilloso él estaba en una charla. Su secretaria me dijo que esperase un poco y que si quería dar una vuelta por el castillo mientras él terminaba. Acepté su invitación.
Durante mi paseo por el castillo vi las hermosas paredes llenas de cuadros y de pinturas de buen arte. Después de la vuelta estuve aún una hora esperando al sabio.
Cuando me recibió me dijo: “Esto es como si fuera tu propia casa”
El hombre me pidió que descansase y que al día siguiente le contase los motivos de mi visita. Lo curioso era que el hombre sólo tenía 40 años y ya era el sabio de los más sabios.
Al siguiente día nos sentamos y empecé a contarle sobre el porqué de me visita. Le dije “Mira, mi señor, es que no me fío nada de las mujeres pero la edad que tengo es la edad correcta para poder casarme.” El sabio me respondió y me dijo con una cara muy seria “Eres un sin vergüenza. Cómo no te vas a fiar de las mujeres. ¿Y tu madre no es una mujer, y tu hermana no es una mujer, y tu tía no es una mujer, y tu abuela no es una mujer?”
“Sí señor, pero eso no es lo mismo.”
“Mira, dijo, cuando estés con una persona a la que quieras de verdad, formará parte de tu familia y de ti mismo.
Y el sabio me dio un consejo. Me dijo “Siempre tienes que luchar por las personas a las que quieres.” Y eso es lo que hago ahora.
Lo que yo quiero es la felicidad, y descubrir lo que quiero hacer en mi vida. Y el amor es una cosa muy preciosa de la vida.
Y ahora confío en las mujeres.



Hassan Kadem 3º

Poesia "Al cabo del tiempo"

AL CABO DEL TIEMPO


Quien diría que todo,
Todo comenzó de maravilla
Esperaba en el altar su esposo
En la iglesia de Sevilla.

Y al cabo del tiempo,
Todo era discusión
Ya era muy duro el matrimonio
Y sin querer el amor se esfumó.

El llegaba siempre igual
Con olor a bebida…
Ella quiere divorciarse ya
Pero de nuevo…otra agredida.

Pero él le pide perdón
Con su suave y dulce voz,
Ella al amarle con todo su corazón
Le creyó y le perdonó.

Al pasar un tiempo
Otra vez le agredió,
Ella sufre en silencio
Perdonarlo no debió.

Él coge un puñal
Dormida está en su cama
Él sin más la apuñala…
Una vez más una mujer muerta maltratada.



Raquel Ferrer 3ºB