Somos
La Barraca del Turaniana… una humilde compañía de Teatro
aficionado y de estudiantes creada hace dos años ya por este
cronista deudo de sentimientos. Nuestro Instituto se llama Turaniana
y venimos y vivimos en Roquetas de Mar. Es un bonito pueblo anclado
entre la playa y los campos de invernaderos que vieron nacer la
historia reciente de la comarca. Es un lugar moderno y dinámico pero
con ese sabor a viejo de mar sentado en sus recuerdos. El viernes
pasado actuamos en la Escuela de Música y Danza de El Parador. La
obra, “UN SUEÑO CUALQUIERA” escrita y dirigida por Rafael
Jiménez Torres, ese que llaman Director pero al que nadie hace caso.
Deciros que fue emocionante rodearse de familiares, amigos, alumnas y
alumnos de otros años que acudieron a la llamada de la gratitud y
del sentimiento más generoso. La obra no era fácil. No hacemos
teatro escolar sino de adultos para niños. Estos alumnos y alumnas
de Bachillerato que son amigos supieron darle la mayor dignidad
posible y la profesionalidad que la ilusión, la juventud y las
emociones pueden ofrecer a estas edades. Ha sido un trabajo duro de
medio año. Ensayos y exámenes, cansancio y momentos para la
reflexión. Todo comenzó el año pasado con paso firme y ambición
por la creación y actuación con la obra “TRES SOMBREROS DE COPA”
hicimos entonces Teatro de Sombras buscando además, el espíritu de
la compañía, el concepto de Teatro Total. Música. Escenografía
con figurines móviles, texto y todo el efecto de luz y sonido
posible, Nuestra pequeña historia se cierra además con la
participación a lo largo de los dos últimos años en las JORNADAS
DE TEATRO DEL SIGLO DE ORO que tantas alegrías y aprendizaje nos ha
dado junto al resto de compañías que aman y se acercan al Teatro.
Nuestros medios se basan en la imaginación y el reciclaje de
cualquier cosa que pueda servir. No es cuestión de dinero, no lo
tenemos, sino de esfuerzo y superación. Lo consiguieron y este año,
bueno, el resultado ha estado a la vista. No vamos a olvidar esta
actuación de Lilia, Cristina, Fátima, Ransford, Gabriel, María del
Mar, Lola, Anita, María José y tampoco los que pertenecieron a la
Barraca en su primer año y ya se fueron; sus vidas están ligadas
ahora a un futuro prometedor.
Educar
o enseñar, viejo dilema… FORMAR siempre. El escenario se convierte
en una gigantesca pizarra de esfuerzo y firmamento donde cada
estrella es un pozo de sentimientos por dar y demostrar a los demás.
Agradecer además a la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de
Roquetas de Mar las instalaciones municipales, la labor de Francis,
el técnico y amigo que nos ayudó y aconsejó con su enorme
profesionalidad y como no, a ese público amigo que nos reconfortó
con sus aplausos en una noche mágica de duendes y elfos declamando
el papel de la vida. El año que viene, más. Alguien habrá, el
Teatro como la Vida, sigue.
Rafael Jiménez Torres.