“Don Rosario asiste a la troupe de Buby que recorre los caminos
buscando amor mercenario y unas tablas con luces de gas para improvisar su
número de varietés en ferias de tercera. Don Dionisio va a casarse y será un
hombre de provecho según los vaivenes de la vida porque él es viento de paso
que decide unir su vida a su novia que nunca conoceremos. Paula ansía un
salvavidas para ser feliz y soñar con la poesía de los días y las noches de una
vida en blanco y negro. Todos han llegado y pasean sus vidas y locuras
calculadas entre las habitaciones y un mañana que se presenta gris a pesar de
que todos irán a ver el amanecer de un nuevo día. Bienvenidos al teatro.
Vosotros también representáis la comedia humana. Os deseamos una feliz y
entrañable representación a cargo de estos titiriteros y gentes de la lengua
que lo único que pretenden es soñar despiertos y desearos lo mejor en vuestras
vidas”.
La Barraca del Turaniana
El grupo al completo en uno de los ensayos de los jueves. Pulse sobre la imagen para ampliarla. |
Un programa de mano, de teatro, refleja solamente una parte de la
magia que este viernes pasado se hizo realidad en el pequeño Salón de Actos del
IES. Turaniana, Roquetas de Mar. Un proyecto, una idea que da vueltas
obsesivamente en la mente, un folio garabateado que quizá duerma
definitivamente en un cajón cobra vida cuando decides darlo a los demás y
buscar no solo comunicar sino sentir. Cuando decido adaptar esta maravillosa
obra de Miguel Mihura escrita en 1932 bajo la luz de un momento único de
pulsión cultural y creativa, pensé en su puesta en escena, su magia. No podía
traicionar su fragilidad, su ironía, la crudeza y la verdad de los
sentimientos, el engaño a nosotros mismos cuando no somos felices porque la
felicidad se basa en pequeños momentos donde la sinceridad y el amor verdadero se elevan frente a los
deseos consumados o el egoísmo y debilidad humanas. Decidí hacer teatro de
sombras donde un sistema de luces frías y mimo, atrezzo fantástico que respira
y vuela por el escenario a través de figurines sin rostro te sumergirían al
enorme trasfondo poético que rezuma a lo largo del libreto. Lo que no contaba o
soñaba era con el elenco de actores y actrices que me acompañarían. No me di
cuenta de que estos alumnos y alumnas de 1º y 2º de Bachillerato iban a ser la
verdadera poesía de la obra. Se acercaron tímidamente allá por septiembre y
después empezamos ensayos y a vivir juntos, miradas, temor, memorización y
sobre todo, sentimiento. Hemos crecido juntos, en clase y, sobre todo, en el
teatro. Los he conocido y me siento enormemente orgulloso de todos ellos porque
ya son parte de mí y mañana, ya mismo, cuando marchen a la universidad, hombres
y mujeres ya, soñarán despiertos por todo lo que hemos creado y soñado, porque
el teatro, las tablas con luces encendidas o apagadas siguen estando ahí; la
vida dicen que es puro teatro, sin embargo, ahora puedo decir que la vida no es
teatro sino amor, aventura, amistad, dolor, recuerdo y agradecimiento.
Supuestamente soy mayor, bueno, adulto diríase, pero ayer fui uno más, un niño
que miraba con curiosidad a la vida y la emoción se abría paso porque me
quedaba toda una vida por vivir. Ioana, Gabriel, Adul, Manuel, Miguel, Irene,
Yésica, Alice, Lilia, Alba, Andrea, Judit, Laura, Mónica, Paloma, Jesús,
Álvaro, Aurora, Antonio Manuel, José María, Yasmina, gracias por estar ahí hoy
y mañana. Con admiración y un sentimiento anclado en el corazón os dedico estas
líneas, verdaderos artífices de la poesía de vuestras vidas.
Rafael
Jiménez Torres.