jueves, 2 de mayo de 2013

Recorrido de la Eneida en la Historia.


Aeneis

Todo tiene un principio y un camino que te hace terminar siendo lo que eres, un camino que te puede derrumbar o te hace ser, algo inolvidable.


Mi nacimiento transcurrió en el 29 a.c, mi padre fue Publio Virgilio Marón y estuvo en este mundo hasta el año 19 a.c, el mismo año en el cual yo, terminé siendo lo que soy. Surgí gracias al origen de un imperio, lleno de valor, coraje y valentía que hasta los mismos dioses se encargaron de proteger. Roma era su nombre y llegó a ser temido y respetado por todos sus enemigos. He sido testigo del nacimiento de uno de los hombres mas influyentes y de mayor importancia para millones de personas, Jesús de Nazaret era su nombre, y estuve presente tanto en su principio como en su trágico final. Siguieron pasando los años y vi cómo el gran Imperio alcanzaba su máximo esplendor, vi como los Cinco Buenos Emperadores llevaron a mi patria a su culmen territorial, económico y de mayor poder. Fui testigo de un hecho que nunca más se verá, al gran Adriano poniendo orden y a la vez una era llena de paz.

Hasta el momento no me costo sobrevivir, pero siguieron los años y una etapa negra y oscura se avecinaba. Nadie podría imaginar lo que pasaría, vi como las personas convertían una creencia llena de paz, de bondad y de perdón en un fe sedienta de sangre. Llegué a temer mi existencia, al ver a muchos amigos perecer en el fuego, con la única culpa de haber existido y de ser, lo que eran. Pero gracias a personas que me supieron apreciar, pude pasar esa etapa oscura y llena de crueldad. Todavía recuerdo con un gran pesar la caída de mi patria en el año 476, cuando una población que odiaba a sus gobernantes y con emperadores imbuidos en sus falsos sueños de poder absoluto, riquezas inmensas, despilfarro e inmoralidad. Un Imperio que habría hecho revolverse en sus tumbas al gran Julio Cesar y al primer emperador, Octavio Augusto.

Vi surgir al Islamismo y cómo Mahoma huyó en el 622 a la Meca. Y también presencié una guerra de cien años de duración . Los Dioses escucharon mis plegarias, de protegerme y de pasar esas etapas sin ningún mal, que pudiera provocarme una destrucción injusta y que mi camino tuviera un final. Gracias a la invención de la Imprenta en el año 1492, pude suspirar porque, mis diversas copias me asegurarían un futuro que no tuviera final .

Transcurrieron los años, y pasé muchos apuros que me hicieron temblar, cientos de conquistas y dos guerras desoladoras que me hicieron llorar. Estoy llegando al presente y recuerdo mis primeros años y un hecho que me apena y a veces no me deja descansar, es el de como mi propio padre me intentó destruir, no cuestiono el motivo, pues sólo quería mi bien. Al partir hacia Grecia me intentó incendiar debido a que no estaba terminado y no tuvo tiempo de contar todo lo que tenía que compartir. Este soy yo en el presente: 9.896 versos en 12 cantos, Aeneis, más conocido como la Eneida.

Vasile Ilie, 2º Bachillerato A
Trabajo sobre una obra de la Literatura Latina.