lunes, 27 de marzo de 2017
Feria del Libro en Inglés del IES Turaniana.
El 29 de marzo celebramos la Feria del Libro en Inglés, de 9:30h a 14:30h, en la que todo el alumnado del IES Turaniana ha podido asistir a un magnífico stand con gran variedad de libros en Inglés.
domingo, 26 de marzo de 2017
Fotografías IV Olimpiada Filosófica Andalucía
Fotografías de alumnos de Bachillerato presentadas este curso a la Olimpiada de Filosofía.
El tema para la reflexión es "Nuevas tecnologías e identidad humana".
Cada fotografía lleva una pregunta que invita a pensar.
Adriana Calderón León, 1º Bachillerato
Zineb Hafib Benchougra, 2º Bachillerato
Daniela Grozav, 2º Bachillerato
Francisca Ankamaa Yeboah, 2º Bachillerato
Álvaro López Morales, 2º Bachillerato
Alina Belintan, 2º Bachillerato
Álvaro López Morales, 2º Bachillerato
EL SENTIDO DE LA VIDA Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
Texto finalista de la IV Olimpiada andaluza de filosofía.
Redactado por Alba Serrano Päyer, alumna de 1º de Bachillerato,
con la coordinación de su profesora de filosofía, María Isabel Molina Caba
"La
evolución exponencial y la convergencia de las nuevas tecnologías son un
mecanismo evolutivo que transforma la identidad humana y que está creando en la
actualidad una nueva humanidad, lo cual, no es ciencia ficción, ni el fin de la
especie humana. De manera que, la preocupación por el sentido de la vida y la aspiración
de progreso del ser
humano siempre será vivir más y
mejor, en una búsqueda continua de la felicidad, el conocimiento, la verdad y
la sabiduría. En mi disertación voy a explicar de dónde viene este desarrollo
tecnológico y a dónde nos puede y nos debe llevar.
Desde
los albores de la humanidad, el devenir de la especie humana comenzó con la
hominización y la humanización en un
proceso biológico que, con ayuda de la técnica, la ciencia y la tecnología, nos
ha llevado hasta el homo sapiens actual. Pero, la evolución de la especie
humana no ha llegado a su fin, sino que
sigue su curso con la intervención de
las nuevas tecnologías en un proceso no biológico, que pasa por el ciborg, hacia el transhumano y posteriormente,
el posthumano. Por lo tanto, se podría decir que estamos en presencia de una
nueva antropología física, social,
cultural y filosófica, cuyo fundamento es la superación de la teoría sintética de la evolución del ser
humano como consecuencia de la aplicación de las nuevas tecnologías. Por ello,
y debido a que este proceso evolutivo es paulatino e inexorable, resulta urgente
considerar una nueva ética de la responsabilidad humana sobre el uso y el abuso
de las nuevas tecnologías.
Así
pues, ¿qué quiere decir del australopithecus al ciborg? Se refiere a la fusión del hombre y la tecnología en una nueva evolución no biológica o
tecnológica de la especie humana, es decir, un híbrido entre el homo sapiens y la máquina.
Hoy en día ya podemos decir que estamos en la era ciborgs o del humano bionico, ya que convivimos con
muchas personas, que tienen toda clase
de prótesis e implantes mecánicos o electrónicos, que pueden paliar cualquier
deficiencia anatómica o fisiológica que posean, por ejemplo, los marcapasos, las
válvulas, los microchips, las extremidades artificiales, el interfaz humano-ordenador, etc.
En
consecuencia, ¿es la tecnología un mecanismo evolutivo?, no cabe duda que sí,
dado que
la evolución anatómica ha sido sobrepasada por las nuevas tecnologías,
en particular por la manipulación
genética, la genómica, la biotecnología, la medicina etc., por ejemplo, hoy ya
se pueden clonar animales, hacer plantas transgénicas, manipular genes, diseñar nuevas especies, etc. Por tanto, la evolución humana ha dejado de
ser un
procedimiento biológico puramente mecánico y al azar, toda vez que, con
las nuevas tecnologías se puede diseñar intencionalmente una evolución humana no biológica. Así pues,
la teoría clásica de Darwin, las leyes de la herencia genética de Mendel y el
concepto de mutación han quedado superados por las nuevas tecnologías.
En
cuanto a la pregunta, ¿la tecnociencia está creando una nueva humanidad?, la
respuesta es afirmativa, dado que la
cibernética, la biónica, la robótica, la microelectrónica, la bioinformática,
la nanomedicina, las bioimpresoras 3D y la inteligencia artificial están
transformando la anatomía y la fisiología del ser humano, por lo que, supone un nuevo proceso evolutivo de hominización y
humanización.
Luego
entonces, ¿qué significa ser humano en la civilización tecnológica?, significa
que es pluridimensional, es decir, que tiene una nueva dimensión biológica,
social y cultural. En relación a la dimensión biológica, el ser humano es fruto
de un proceso evolutivo biológico de hominización, durante el cual, hemos
tenido unos cambios anatómicos y fisiológicos, que se produjeron como
consecuencia de la bipedestación, el crecimiento del cerebro, el desarrollo del
aparato fonador y el retraso del desarrollo madurativo. Estos cambios
posibilitaron un proceso de humanización
mediante la aparición de nuevas conductas, entre las que cabe destacar la
fabricación de utensilios y armas que
exigían planificar, proyectar, diseñar y manipular materiales con habilidad y destreza, buscando
su utilidad, o sea, tal y como se produce hoy en día con las nuevas
tecnologías, pero a un nivel extraordinariamente superior. El control del fuego fue un hito crucial, pero uno de los
rasgos específicamente humano de la
especie fue la comunicación por medio del lenguaje, tal y como hoy ocurre con las telecomunicaciones, las redes sociales,
internet y el desarrollo de la sociedad de la información y de la comunicación.
Con
respecto a la dimensión social y cultural, durante el proceso de humanización fueron
apareciendo conductas que no estaban impresas en el ADN. Por tanto, no podemos
quedarnos en el nivel puramente biológico o físico, ya que, sobre nuestra
constitución natural edificamos la sociedad y la cultura que es una especie de segunda naturaleza para
el ser humano. Vivir en sociedad es tan consustancial al ser humano como sus
rasgos anatómicos o fisiológicos. Así, la cultura es un proceso evolutivo
semejante a la evolución natural. Sin embargo, la diferencia está en que la
evolución biológica es al azar e inconsciente y la evolución cultural es intencional y
consciente, tal y como ocurre con las nuevas tecnologías, que tienen un extraordinario poder de
transformar y crear una nueva humanidad en cuanto a su naturaleza, cultura,
sociedad e identidad humana. En otras palabras, ¿conservamos o diluimos nuestra
identidad con las nuevas tecnologías?, evidentemente, las nuevas tecnologías están
creando y transformando una nueva identidad biológica, social y cultural del ser
humano. Aun así, seguimos conservando unos patrones,
unas estructuras inconscientes y unos universales culturales, que caracterizan
a toda la humanidad. No obstante, nuestra identidad humana también es dinámica, cambiante y contingente al momento histórico, social, económico,
tecnológico y cultural que nos toca vivir. Así,
de acuerdo con Michel Foucault “cada época histórica genera el modelo de
persona que más le conviene”.
Así
pues, desde la ilustración, la identidad del ser humano descansaba en dos pilares, la racionalidad y la idea de progreso, de tal
forma que, los filósofos de la ilustración creían en el avance científico y
tecnológico y en el progreso económico y social. Estas ideas generaron un
optimismo sobre las posibilidades del ser humano. Igualmente, en el siglo XIX, el positivismo, el marxismo y el vitalismo,
también creían en el progreso de la humanidad, y defendían que el avance no lo debía
liderar el hombre, sino la ciencia y la
tecnología. Sin embargo, Freud y Nietzsche defendían que lo irracional era más
importante que lo racional y la idea de progreso
de la humanidad se derrumbó, a
principios del siglo XX, con la gran crisis militar y económica que generó el holocausto con las dos bombas
nucleares.
El
resultado fue la pérdida del optimismo
en la ciencia y la tecnología, junto a una crisis sobre la identidad humana, como no se había conocido
otra igual. Entonces, nuevas corrientes
filosóficas intentaron dar una respuesta
a la pregunta por la identidad del ser
humano, entre ellas, el existencialismo, el estructuralismo y el personalismo.
El existencialismo se preocupó de la libertad,
la responsabilidad humana, el sentido de la vida y la consciencia de la
muerte, siendo su más destacado representante Jean Paul Sartre. En cuanto a la responsabilidad humana, los deterministas
negaban la libertad del ser humano y su responsabilidad. Los indeterministas, sí imputaban
responsabilidad al ser humano, porque además de ser libres, somos seres
racionales y debemos prever las consecuencias de nuestras acciones.
Después
de tanta destrucción e irracionalidad, el tema de la consciencia de la muerte y la búsqueda del
sentido de la vida cobraron especial relevancia, ya que el ser humano era el único ser consciente de
su propia muerte, lo cual obligaba a
dotar de sentido a nuestra existencia. Así, Heidegger afirmaba que el sentido de la vida humana era
su temporalidad. Viktor E. Frankl reflexionaba sobre el hombre en busca de
sentido, después de haber sobrevivido en un
campo de exterminio nazi, y Hans
Jonas hacía la siguiente declaración: “Cinco
años como soldado del ejército británico en la guerra contra Hitler. El estado
apocalíptico de las cosas, la caída amenazadora del mundo, la proximidad de la
muerte, todo esto fue terreno suficiente para propiciar una nueva reflexión
sobre los fundamentos de nuestro ser”. Como consecuencia, propuso una nueva
ética de la responsabilidad humana respecto al peligro que entraña el progreso
tecnológico global y su utilización inadecuada. De esta manera, al estilo del imperativo ético kantiano,
afirmaba Jonas: “Actúa de tal modo que los efectos de tu acción sean
compatibles con la permanencia de una vida auténtica. No pongas en peligro la
continuidad indefinida de la humanidad en la tierra”.
Por
otra parte, el estructuralismo pretendía comprender la identidad del ser humano mediante el análisis de la cultura
y el simbolismo, buscaba rasgos comunes,
los patrones, los símbolos y las
estructuras inconscientes que se repiten y permanecen inalterables en cada sociedad humana. En cuanto al personalismo de Mounier, este giraba en torno al concepto
de persona. Pero, ¿qué es persona?, ¿podrán los robots ser personas?, ¿puede
vivir una máquina? Uno de los rasgos de la
persona es su dignidad y su valor incalculable, ya que debe ser tratada con el máximo respeto y
no como un medio para conseguir un fin.
En este caso, los robots al ser un medio para mejorar la calidad de vida del
ser humano, no podrán ser considerados personas humanas, pero sí “personas no
humanas”, con sus derechos y obligaciones, tal y como pretende Corea del Sur,
que propone el debate sobre los derechos
universales de los robots y los androides. Otra
característica de la persona es la libertad y la historicidad en un momento
histórico concreto; igualmente, el ser humano es persona en la comunidad, donde comparte su existencia hacia la trascendencia y la coexistencia.
En otras palabras, los humanos mejorados, los androides, los robots y los ciborgs deberíamos vivir en sociedad
con libertad y dignidad.
En el último decenio del siglo XX, surgió
un nuevo optimismo tecnocientífico y otras
corrientes de pensamiento, el transhumanismo y el posthumanismo, que proponen
una nueva identidad humana con la superación
de la naturaleza biológica humana, en sus capacidades físicas y psíquicas, que
supondrá una nueva especie humana, un paso del humano al posthumano. Además, en
el año 2005 se publicó el libro “ La Singularidad está Cerca” de Raymond
Kurzweil, afirmando que la singularidad
tecnológica es el momento evolutivo de
la humanidad en el que la inteligencia artificial iguala y supera a la
inteligencia biológica de todos los seres humanos. Estas ideas son también defendidas
por Vernon Vinge y Nick Bostrom, entre otros muchos. A propósito de la singularidad,
surge la pregunta ¿puede pensar una máquina?
No cabe duda que sí, y la prueba está en el superordenador de IBM “Watson”
que es capaz de pensar y procesar la información, además, ganó a los mejores
jugadores del mundo en el concurso Jeopardy, e incluso, puede realizar un
aprendizaje profundo, que retroalimenta su conocimiento con sus redes
neuronales artificiales. En
contraposición a estas corrientes, se sitúan Stephen Hawking, Max Tegmark
y Gordon Moore, que alertan de los peligros de las nuevas tecnologías y abogan
por una ética que reconsidere los avances de las nuevas tecnologías a la luz de
la nefasta experiencia del siglo XX.
En
las últimas décadas del siglo XX y principios
del siglo XXI, nos encontramos en un momento
crucial para la humanidad, porque tal y como afirma la comunidad tecnocientifica, se están produciendo simultáneamente varias
revoluciones de las nuevas tecnologías
con una convergencia exponencial, que tienen un potencial extraordinario de transformación
de la civilización humana y de la vida en la tierra,
a saber: la manipulación genética, la genómica, la biotecnología, la
nanotecnología, la bioimpresora 3D de
órganos, la bioingeniería, la biología sintética, las células madre, las
terapias antienvejecimiento, el proyecto avatar, el conectoma y el proyecto cerebro
humano, los superordenadores y la computación cuántica, la inteligencia
artificial, los smartphones, la microelectrónica, las energías limpias, la
carrera espacial, la robótica, la cibernética, la biónica…y un largo etcétera.
Estas
nuevas tecnologías, que más bien parecen ciencia ficción, son sin embargo hoy
en día una realidad. Así, en el 2013, Google,
segunda sociedad del mundo en capitalización, invirtió $1,5 billones en su proyecto
Calico, para combatir el envejecimiento, el alzheimer, el parkinson, el cáncer,
etc. Su meta es prolongar la vida y mejorar la salud. También invierte varios
billones de dólares en inteligencia artificial. Otros proyectos de Google son: el
Proyecto Loon, para acceso a internet en
todo el mundo; las lentes de contacto con sensores biométricos; los vehículos
autónomos; el proyecto Jaquard de ropa inteligente; el makani power, para generar electricidad más eficiente, donde la energía no llega... Además, Microsoft también desarrolla: la agricultura digital; el
espacio de trabajo compartido; el almacenamiento de datos de ADN y la creación
de ADN sintético; la holoportación de un modelo tridimensional; la computación
urbana para el tráfico, el consumo energético y la contaminación. Asimismo, la
inteligencia artificial se encuentra en todos los ámbitos de las nuevas
tecnologías con múltiples aplicaciones, concretamente en la medicina, con el
superordenador IBM Watson, un asistente médico comercializado en los hospitales
para el diagnóstico y el tratamiento de
las enfermedades. No en vano, la medicina es uno de los ámbitos que más
sinergias tiene con las nuevas tecnologías NBIC, es decir, la nanotecnología,
la biotecnología, la informática y las ciencias del conocimiento o del cerebro.
Igualmente, la supercomputación cuántica es un hito extraordinario, que también
es realidad, con el computador cuántico D-WAVE, que ha sido fabricado por una
empresa canadiense en colaboración con la NASA y Google.
Ante
este panorama ¿cuál es nuestra inquietud? Las nuevas tecnologías con su
evolución convergente y exponencial están creando una nueva identidad del ser
humano y facilitando un nuevo desarrollo de la humanidad, además, tienen como meta la superación de los límites
del ser humano, es decir, la lucha
contra las enfermedades, el sufrimiento, la muerte, etc. Sin embargo, si
los seres humanos explotamos la naturaleza y nos volvemos especuladores con la
vida y con nuestra identidad humana ¿qué calidad de vida tendremos?, es más
¿será posible la vida? Porque la creación de riqueza es deseable, pero puede tener efectos negativos
por su desigual distribución y por la gran pérdida de puestos de trabajo que ocuparan
los robots y la inteligencia artificial, además de los riesgos
ecológicos, nucleares, químicos, genéticos… muchas veces intangibles y globales. Por
tanto, si la tecnociencia no se aplica
bien, podría ser un instrumento de dominio y transformación de
la naturaleza y de la humanidad con efectos indeseables, por eso, de ella debemos esperar un avance en el control sostenible de
la naturaleza y una mejora en la calidad de vida de la humanidad.
En
conclusión, resulta obvio que los avances tecnológicos permiten a la humanidad
progresos irrenunciables, pero debemos tener en cuenta los precios a pagar y
reflexionar si podemos evitar los
efectos negativos probables. De ahí que sea necesaria una bioética dialógica
cuyas decisiones deben adoptarse teniendo en cuenta a todos los afectados por
ellas. Igualmente es necesaria una ética de máximos, que ofrezca pautas para
que ante cualquier situación de peligro para la humanidad y la naturaleza, sea
posible decidir qué hacer y revertir la situación con la mayor diligencia,
cautela y responsabilidad posibles; así
como, una ética crítica, deontológica y teleológica de la tecnociencia, cuyo
fin sea preservar la aspiración de progreso del ser humano en la consecución del ideal de vivir
más y mejor en una búsqueda continua de
la felicidad, el conocimiento, la verdad y la sabiduría."
viernes, 24 de marzo de 2017
jueves, 23 de marzo de 2017
FINALISTA EN LA IV OLIMPIADA ANDALUZA DE FILOSOFÍA
La
alumna Alba Serrano Päyer que cursa 1º de Bachillerato en el IES
Turaniana de Roquetas de Mar, ha sido seleccionada como finalista en
la Olimpiada de filosofía de Andalucía en su cuarta edición.
Esta
Olimpiada viene celebrándose desde hace cuatro años y la organiza
la Asociación andaluza de filosofía. Se convoca cada curso escolar
y va dirigida a los alumnos de Bachillerato de todos los centros
educativos de Andalucía.
A la
Olimpiada concurren decenas de centros y presentan cientos de
trabajos en dos modalidades: disertación filosófica y fotografía
filosófica. Cada año se propone un tema para la reflexión. Este
curso había que pensar sobre “Nuevas tecnologías e identidad
humana”, un tema de gran actualidad y con matices para el debate y
el pensamiento muy atractivos para los alumnos.
El
IES Turaniana ha participado en esta Olimpiada en todas las
convocatorias. Este curso 8 alumnos de nuestro centro han presentado
sus trabajos, tres de disertación y cinco de fotografía. Todos
ellos han sido de gran calidad en el texto y la imagen. De entre
cientos de disertaciones andaluzas ha sido seleccionada la redactada
por nuestra alumna Alba Serrano Päyer, siendo 6 los finalistas de
toda Andalucía.
El
próximo 1 de abril los finalistas acudirán a Sevilla, donde
defenderán su trabajo delante de un jurado que seleccionará los
tres ganadores, quienes acudirán a la final nacional que se
celebrará en Murcia en el mes de mayo.
El
trabajo de nuestra alumna es una investigación y defensa de una
tesis acerca de la tecnología y su repercusión en nuestra vida,
centrándose en la inteligencia artificial y los riesgos de ciertas
aplicaciones técnicas y robóticas. Defiende los ideales de
sabiduría, justicia y felicidad como horizontes éticos para los
investigadores.
Hay
que destacar que nuestro centro ha quedado finalista en tres
ocasiones de las cuatro que se ha convocado esta Olimpiada, con
trabajos de disertación y fotografía, lo cual nos enorgullece
enormemente pues se trata de un concurso de gran seriedad y calidad y
que motiva mucho a los alumnos en su realización y aprendizaje.
domingo, 19 de marzo de 2017
Nuevo éxito del Turabot.
¡¡¡ Impresionante TURABOT Alfa !!!
Grán éxito en el campeonato de España de la FLL (Firs Lego League) celebrado en Logroño el pasado sábado 18 de marzo.
Se traen el Trofeo al "Mejor Diseño Mecánico del Robot" y la clasificación para el Mundial de Dinamarca, del 25 al 28 de mayo de 2017. Puedes ver todos los premios en el siguiente enlace:
Grán éxito en el campeonato de España de la FLL (Firs Lego League) celebrado en Logroño el pasado sábado 18 de marzo.
Se traen el Trofeo al "Mejor Diseño Mecánico del Robot" y la clasificación para el Mundial de Dinamarca, del 25 al 28 de mayo de 2017. Puedes ver todos los premios en el siguiente enlace:
http://www.fllgranfinal.org/
Y todo esto con el apoyo y colaboración de nuestros magníficos patrocinadores.
Y todo esto con el apoyo y colaboración de nuestros magníficos patrocinadores.
viernes, 17 de marzo de 2017
Finalista en el Concurso Andaluz de Disertaciones Filosóficas.
Alba Serrano Payer, alumna de 1º de Bachillerato del IES Turaniana, ha quedado entre los seis finalistas del Concurso de Disertaciones Filosóficas de Andalucía y el próximo 1 de Abril debe ir a Sevilla a defender su disertación en la final.
Esperamos que tengas muchas suerte Alba, y que todo salga bien.
Os dejamos con su trabajo.
Os dejamos con su trabajo.
EL
SENTIDO DE LA VIDA Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
Joyce
La
evolución exponencial y la convergencia de las nuevas tecnologías
son un mecanismo evolutivo que transforma la identidad humana y que
está creando en la actualidad una nueva humanidad, lo cual, no es
ciencia ficción, ni el fin de la especie humana. De manera que, la
preocupación por el sentido de la vida y la aspiración de
progreso del ser humano siempre será vivir más y mejor, en una
búsqueda continua de la felicidad, el conocimiento, la verdad y la
sabiduría. En mi disertación voy a explicar de dónde viene este
desarrollo tecnológico y a dónde nos puede y nos debe llevar.
Desde
los albores de la humanidad, el devenir de la especie humana comenzó
con la hominización y la humanización en un proceso biológico
que, con ayuda de la técnica, la ciencia y la tecnología, nos ha
llevado hasta el homo sapiens actual. Pero, la evolución de la
especie humana no ha llegado a su fin, sino que sigue su curso con
la intervención de las nuevas tecnologías en un proceso no
biológico, que pasa por el ciborg, hacia el transhumano y
posteriormente, el posthumano. Por lo tanto, se podría decir que
estamos en presencia de una nueva antropología física, social,
cultural y filosófica, cuyo fundamento es la superación de la
teoría sintética de la evolución del ser humano como consecuencia
de la aplicación de las nuevas tecnologías. Por ello, y debido a
que este proceso evolutivo es paulatino e inexorable, resulta urgente
considerar una nueva ética de la responsabilidad humana sobre el uso
y el abuso de las nuevas tecnologías.
Así
pues, ¿qué quiere decir del australopithecus al ciborg? Se refiere
a la fusión del hombre y la tecnología en una nueva evolución no
biológica o tecnológica de la especie humana, es decir, un híbrido
entre el homo sapiens y la máquina. Hoy en día ya podemos decir que
estamos en la era ciborgs o del humano bionico, ya que convivimos
con muchas personas, que tienen toda clase de prótesis e implantes
mecánicos o electrónicos, que pueden paliar cualquier deficiencia
anatómica o fisiológica que posean, por ejemplo, los marcapasos,
las válvulas, los microchips, las extremidades artificiales, el
interfaz humano-ordenador, etc.
En
consecuencia, ¿es la tecnología un mecanismo evolutivo?, no cabe
duda que sí, dado que la evolución anatómica ha sido sobrepasada
por las nuevas tecnologías, en particular por la manipulación
genética, la genómica, la biotecnología, la medicina etc., por
ejemplo, hoy ya se pueden clonar animales, hacer plantas
transgénicas, manipular genes, diseñar nuevas especies, etc. Por
tanto, la evolución humana ha dejado de ser un procedimiento
biológico puramente mecánico y al azar, toda vez que, con las
nuevas tecnologías se puede diseñar intencionalmente una
evolución humana no biológica. Así pues, la teoría clásica de
Darwin, las leyes de la herencia genética de Mendel y el concepto de
mutación han quedado superados por las nuevas tecnologías.
En
cuanto a la pregunta, ¿la tecnociencia está creando una nueva
humanidad?, la respuesta es afirmativa, dado que la cibernética, la
biónica, la robótica, la microelectrónica, la bioinformática, la
nanomedicina, las bioimpresoras 3D y la inteligencia artificial están
transformando la anatomía y la fisiología del ser humano, por lo
que, supone un nuevo proceso evolutivo de hominización y
humanización.
Luego
entonces, ¿qué significa ser humano en la civilización
tecnológica?, significa que es pluridimensional, es decir, que tiene
una nueva dimensión biológica, social y cultural. En relación a la
dimensión biológica, el ser humano es fruto de un proceso evolutivo
biológico de hominización, durante el cual, hemos tenido unos
cambios anatómicos y fisiológicos, que se produjeron como
consecuencia de la bipedestación, el crecimiento del cerebro, el
desarrollo del aparato fonador y el retraso del desarrollo
madurativo. Estos cambios posibilitaron un proceso de humanización
mediante la aparición de nuevas conductas, entre las que cabe
destacar la fabricación de utensilios y armas que exigían
planificar, proyectar, diseñar y manipular materiales con habilidad
y destreza, buscando su utilidad, o sea, tal y como se produce hoy en
día con las nuevas tecnologías, pero a un nivel extraordinariamente
superior. El control del fuego fue un hito crucial, pero uno de los
rasgos específicamente humano de la especie fue la comunicación
por medio del lenguaje, tal y como hoy ocurre con las
telecomunicaciones, las redes sociales, internet y el desarrollo de
la sociedad de la información y de la comunicación.
Con
respecto a la dimensión social y cultural, durante el proceso de
humanización fueron apareciendo conductas que no estaban impresas en
el ADN. Por tanto, no podemos quedarnos en el nivel puramente
biológico o físico, ya que, sobre nuestra constitución natural
edificamos la sociedad y la cultura que es una especie de segunda
naturaleza para el ser humano. Vivir en sociedad es tan consustancial
al ser humano como sus rasgos anatómicos o fisiológicos. Así, la
cultura es un proceso evolutivo semejante a la evolución natural.
Sin embargo, la diferencia está en que la evolución biológica es
al azar e inconsciente y la evolución cultural es intencional y
consciente, tal y como ocurre con las nuevas tecnologías, que
tienen un extraordinario poder de transformar y crear una nueva
humanidad en cuanto a su naturaleza, cultura, sociedad e identidad
humana. En otras palabras, ¿conservamos o diluimos nuestra identidad
con las nuevas tecnologías?, evidentemente, las nuevas tecnologías
están creando y transformando una nueva identidad biológica,
social y cultural del ser humano. Aun así, seguimos conservando
unos patrones, unas estructuras inconscientes y unos universales
culturales, que caracterizan a toda la humanidad. No obstante,
nuestra identidad humana también es dinámica, cambiante y
contingente al momento histórico, social, económico, tecnológico
y cultural que nos toca vivir. Así, de acuerdo con Michel Foucault
“cada época histórica genera el modelo de persona que más le
conviene”.
Así
pues, desde la ilustración, la identidad del ser humano
descansaba en dos pilares, la racionalidad y la idea de progreso,
de tal forma que, los filósofos de la ilustración creían en el
avance científico y tecnológico y en el progreso económico y
social. Estas ideas generaron un optimismo sobre las posibilidades
del ser humano. Igualmente, en el siglo XIX, el positivismo, el
marxismo y el vitalismo, también creían en el progreso de la
humanidad, y defendían que el avance no lo debía liderar el
hombre, sino la ciencia y la tecnología. Sin embargo, Freud y
Nietzsche defendían que lo irracional era más importante que lo
racional y la idea de progreso de la humanidad se derrumbó, a
principios del siglo XX, con la gran crisis militar y económica que
generó el holocausto con las dos bombas nucleares.
El
resultado fue la pérdida del optimismo en la ciencia y la
tecnología, junto a una crisis sobre la identidad humana, como no
se había conocido otra igual. Entonces, nuevas corrientes
filosóficas intentaron dar una respuesta a la pregunta por la
identidad del ser humano, entre ellas, el existencialismo, el
estructuralismo y el personalismo. El existencialismo se preocupó de
la libertad, la responsabilidad humana, el sentido de la vida y la
consciencia de la muerte, siendo su más destacado representante Jean
Paul Sartre. En cuanto a la responsabilidad humana, los
deterministas negaban la libertad del ser humano y su
responsabilidad. Los indeterministas, sí imputaban responsabilidad
al ser humano, porque además de ser libres, somos seres racionales y
debemos prever las consecuencias de nuestras acciones.
Después
de tanta destrucción e irracionalidad, el tema de la consciencia de
la muerte y la búsqueda del sentido de la vida cobraron especial
relevancia, ya que el ser humano era el único ser consciente de su
propia muerte, lo cual obligaba a dotar de sentido a nuestra
existencia. Así, Heidegger afirmaba que el sentido de la vida
humana era su temporalidad. Viktor E. Frankl reflexionaba sobre el
hombre en busca de sentido, después de haber sobrevivido en un
campo de exterminio nazi, y Hans Jonas hacía la siguiente
declaración: “Cinco años como soldado del ejército británico en
la guerra contra Hitler. El estado apocalíptico de las cosas, la
caída amenazadora del mundo, la proximidad de la muerte, todo esto
fue terreno suficiente para propiciar una nueva reflexión sobre los
fundamentos de nuestro ser”. Como consecuencia, propuso una nueva
ética de la responsabilidad humana respecto al peligro que entraña
el progreso tecnológico global y su utilización inadecuada. De esta
manera, al estilo del imperativo ético kantiano, afirmaba Jonas:
“Actúa de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles
con la permanencia de una vida auténtica. No pongas en peligro la
continuidad indefinida de la humanidad en la tierra”.
Por
otra parte, el estructuralismo pretendía comprender la identidad del
ser humano mediante el análisis de la cultura y el simbolismo,
buscaba rasgos comunes, los patrones, los símbolos y las
estructuras inconscientes que se repiten y permanecen inalterables
en cada sociedad humana. En cuanto al personalismo de Mounier, este
giraba en torno al concepto de persona. Pero, ¿qué es persona?,
¿podrán los robots ser personas?, ¿puede vivir una máquina? Uno
de los rasgos de la persona es su dignidad y su valor incalculable,
ya que debe ser tratada con el máximo respeto y no como un medio
para conseguir un fin. En este caso, los robots al ser un medio para
mejorar la calidad de vida del ser humano, no podrán ser
considerados personas humanas, pero sí “personas no humanas”,
con sus derechos y obligaciones, tal y como pretende Corea del Sur,
que propone el debate sobre los derechos universales de los robots y
los androides. Otra característica de la persona es la libertad y
la historicidad en un momento histórico concreto; igualmente, el ser
humano es persona en la comunidad, donde comparte su existencia
hacia la trascendencia y la coexistencia. En otras palabras, los
humanos mejorados, los androides, los robots y los ciborgs
deberíamos vivir en sociedad con libertad y dignidad.
En
el último decenio del siglo XX, surgió un nuevo optimismo
tecnocientífico y otras corrientes de pensamiento, el
transhumanismo y el posthumanismo, que proponen una nueva identidad
humana con la superación de la naturaleza biológica humana, en sus
capacidades físicas y psíquicas, que supondrá una nueva especie
humana, un paso del humano al posthumano. Además, en el año 2005 se
publicó el libro “ La Singularidad está Cerca” de Raymond
Kurzweil, afirmando que la singularidad tecnológica es el momento
evolutivo de la humanidad en el que la inteligencia artificial iguala
y supera a la inteligencia biológica de todos los seres humanos.
Estas ideas son también defendidas por Vernon Vinge y Nick Bostrom,
entre otros muchos. A propósito de la singularidad, surge la
pregunta ¿puede pensar una máquina? No cabe duda que sí, y la
prueba está en el superordenador de IBM “Watson” que es capaz de
pensar y procesar la información, además, ganó a los mejores
jugadores del mundo en el concurso Jeopardy, e incluso, puede
realizar un aprendizaje profundo, que retroalimenta su conocimiento
con sus redes neuronales artificiales. En contraposición a estas
corrientes, se sitúan Stephen Hawking, Max Tegmark y Gordon Moore,
que alertan de los peligros de las nuevas tecnologías y abogan por
una ética que reconsidere los avances de las nuevas tecnologías a
la luz de la nefasta experiencia del siglo XX.
En
las últimas décadas del siglo XX y principios del siglo XXI, nos
encontramos en un momento crucial para la humanidad, porque tal y
como afirma la comunidad tecnocientifica, se están produciendo
simultáneamente varias revoluciones de las nuevas tecnologías con
una convergencia exponencial, que tienen un potencial extraordinario
de transformación de la civilización humana y de la vida en la
tierra,
a
saber: la manipulación genética, la genómica, la biotecnología,
la nanotecnología, la bioimpresora 3D de órganos, la
bioingeniería, la biología sintética, las células madre, las
terapias antienvejecimiento, el proyecto avatar, el conectoma y el
proyecto cerebro humano, los superordenadores y la computación
cuántica, la inteligencia artificial, los smartphones, la
microelectrónica, las energías limpias, la carrera espacial, la
robótica, la cibernética, la biónica…y un largo etcétera.
Estas
nuevas tecnologías, que más bien parecen ciencia ficción, son sin
embargo hoy en día una realidad. Así, en el 2013, Google, segunda
sociedad del mundo en capitalización, invirtió $1,5 billones en su
proyecto Calico, para combatir el envejecimiento, el alzheimer, el
parkinson, el cáncer, etc. Su meta es prolongar la vida y mejorar la
salud. También invierte varios billones de dólares en inteligencia
artificial. Otros proyectos de Google son: el Proyecto Loon, para
acceso a internet en todo el mundo; las lentes de contacto con
sensores biométricos; los vehículos autónomos; el proyecto Jaquard
de ropa inteligente; el makani power, para generar electricidad más
eficiente, donde la energía no llega... Además, Microsoft también
desarrolla: la agricultura digital; el espacio de trabajo
compartido; el almacenamiento de datos de ADN y la creación de ADN
sintético; la holoportación de un modelo tridimensional; la
computación urbana para el tráfico, el consumo energético y la
contaminación. Asimismo, la inteligencia artificial se encuentra en
todos los ámbitos de las nuevas tecnologías con múltiples
aplicaciones, concretamente en la medicina, con el superordenador IBM
Watson, un asistente médico comercializado en los hospitales para el
diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades. No en vano, la
medicina es uno de los ámbitos que más sinergias tiene con las
nuevas tecnologías NBIC, es decir, la nanotecnología, la
biotecnología, la informática y las ciencias del conocimiento o del
cerebro. Igualmente, la supercomputación cuántica es un hito
extraordinario, que también es realidad, con el computador cuántico
D-WAVE, que ha sido fabricado por una empresa canadiense en
colaboración con la NASA y Google.
Ante
este panorama ¿cuál es nuestra inquietud? Las nuevas tecnologías
con su evolución convergente y exponencial están creando una nueva
identidad del ser humano y facilitando un nuevo desarrollo de la
humanidad, además, tienen como meta la superación de los límites
del ser humano, es decir, la lucha contra las enfermedades, el
sufrimiento, la muerte, etc. Sin
embargo, si
los seres humanos explotamos la naturaleza y nos volvemos
especuladores con la vida y con nuestra identidad humana ¿qué
calidad de vida tendremos?, es más ¿será posible la vida? Porque
la creación de riqueza es deseable, pero puede tener efectos
negativos por su desigual distribución y por la gran pérdida de
puestos de trabajo que ocuparan los robots y la inteligencia
artificial, además de los riesgos ecológicos, nucleares, químicos,
genéticos… muchas veces intangibles y globales. Por
tanto, si la tecnociencia no se aplica bien, podría ser un
instrumento de dominio y transformación de la naturaleza y de la
humanidad con efectos indeseables, por eso, de ella debemos esperar
un avance en el control sostenible de la naturaleza y una mejora en
la calidad de vida de la humanidad.
En
conclusión, resulta obvio que los avances tecnológicos permiten a
la humanidad progresos irrenunciables, pero debemos tener en cuenta
los precios a pagar y reflexionar si podemos evitar los efectos
negativos probables. De ahí que sea necesaria una bioética
dialógica cuyas decisiones deben adoptarse teniendo en cuenta a
todos los afectados por ellas. Igualmente es necesaria una ética de
máximos, que ofrezca pautas para que ante cualquier situación de
peligro para la humanidad y la naturaleza, sea posible decidir qué
hacer y revertir la situación con la mayor diligencia, cautela y
responsabilidad posibles; así como, una ética crítica,
deontológica y teleológica de la tecnociencia, cuyo fin sea
preservar la aspiración de progreso del ser humano en la
consecución del ideal de vivir más y mejor en una búsqueda
continua de la felicidad, el conocimiento, la verdad y la sabiduría.
WEBGRAFÍA
Vídeos
vistos en noviembre y diciembre 2016:
Nanotecnologia:
La Revolucion Invisible.- Cap. 3 EL HOMBRE MEJORADO | Documental TV2
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NANOTECNOLOGÍA
Y SUS APLICACIONES : DOCUMENTAL COMPLETO
Que
es la biotecnologia?
Craig
Venter: Crear vida artificial
Inteligencia
artificial - Documental
Homo
Technologicus - Documental
Hmo
Futurus, la evolución del ser humano. Canal Odisea.
La
era de los robots 01- Robots humanoides - Documental
La
era de los robots 02 - Robots bioinspirados - Documental
La
era de los robots 03 - La ciudad del futuro - Documental
La
era de los robots 04 - Robots exploradores - Documental
La
era de los robots 05 - El hombre biónico - Documental
Vídeos
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Redes
74: Cerebros y máquinas conectados - cibernética
Inteligencia
artificial: el reto evolutivo de la humanidad | Miguel Sánchez |
TEDxAlmendraMedieval
INTELIGENCIA
ARTIFICIAL Y SUS PELIGROS - Informe completo (español)
La
inteligencia artificial al servicion de la salud: Daniela Brunner at
TEDxPuraVida 2014
Bioinformática:
de la eSalud a la Inteligencia Artificial Convergencia Salud
ConCiencia,
La robótica y la inteligencia artificial
Ray
Kurzweil: “En 20 años ampliaremos nuestra expectativa de vida
indefinidamente”
El
Hombre Trascendente | [Documental] [Parte 1 de 2]
El
Hombre Trascendente | [Documental] [Parte 2 de 2]
Nick
Bostrom: "Superintelligence" | Talks at Google
D
Wave Founder Eric Ladizinsky The Coming Quantum Computing Revolution
How
Close Are Humans to Immortality? By David Sinclair
A
brain in a supercomputer | Henry Markram
sábado, 11 de marzo de 2017
Alumnos de Informática en la Security High School.
miércoles, 8 de marzo de 2017
V Jornadas de FP del IES Turaniana.
Como cada curso hemos elaborado una jornada de Orientación para dar a conocer la FP en el Turaniana, según el siguiente programa:
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