viernes, 5 de junio de 2015

IV CERTAMEN LITERARIO TURANIANA

PRIMER PREMIO PRIMER CICLO



BOTANIA
Luca Daniel Gavriloae
1º ESO B
Había una vez en un lejano país un chico como cualquiera. Él se llamaba Arpi. Soñaba con muchas fantasías, una de ellas hacer el viaje de su vida en un país hermoso, lleno de vida. Él se esperaba una ciudad en el aire ¡sobre las nubes! con edificios muy altos y mucho entretenimiento, con praderas azules que se entiendan hasta más allá del horizonte: un lugar lleno de inspiración, aire puro y limpio, como la nieve en su puro esplendor. Pero…Arpi no sabía lo que le esperaba en el futuro.

Todo comenzó una mañana con el Sol en lo alto del cielo azul. En aquel entonces, como todo niño, se imaginaba volando por el aire y divirtiéndose pero de pronto:

-         ¡Levanta gandul, que han venido tus amigos a visitarte! Exclamó su hermosa Lindy.



Cuando se levantó como el rayo, bajó a verlos y, ansioso por enseñarles su nuevo juego de mesa: se llamaba Botania
. Empezaron a jugar y una hermosa voz como la de la brisa del mar entre las copas de las palmeras le estaba diciendo que algo le aguardaba, algo inimaginable. Sus compañeros no oyeron nada pero sí vieron que Arpi se cayó al suelo tan fuerte que tembló la habitación.



De repente, apareció en medio de un bosque que no era normal. Había cactus color lima en forma de hojas verdes con un detalle como de la mano de un pintor, grandes y pequeños; había de todos, de todos los árboles y colores. Un fantástico lugar, pero no por su perspectiva, la de sus sueños. Había frutos rosas, de la forma de una tinaja, con filos y pelitos de polen amarillo y un azul más azul que nunca.



Dio la casualidad que Arpi estuvo un poco decepcionado con ese lugar, pues no había edificios ni entretenimiento. La voz seguía sonando en su mente; “Por favor, guía el fuego a la fuente y la fuente que salga de su sombra”. Él no entendió nada, pero si entendió el bello rostro de una mujer joven que apareció de entre las ramas azules.



Tenía una cara alargada con una especie de casco azul en forma de pico. El color de piel era azulado y llevaba ropas largas, nunca vistas que parecían mantas de magos. Unas orejas agudas caracterizaban e iban a juego con su delgado cuerpo.

-         ¿Qui…qui…quién eres? – Preguntó Arpi sentado y apoyado con miedo y nervios en el “árbol”

-         Soy Nania, soy Flora, soy todos los nombres del mundo, pero ninguno me describe. Soy un dios o una sirena, ninfa o hada. Ya nadie de este espeso bosque sabe su propósito en la vida, gracias a la reina de los Ogros. Estamos hechizados, estamos cautivos de nuestras propias dudas y preguntas. Ven, sígueme.

-         Lo llevó al corazón del bosque, allá donde se hallaba el espíritu de toda la zona. Era un árbol gigantesco, con las copas indivisibles. La corteza estaba pálida y se notaba bastante tu vejez.

-         Todos dependemos de él. La reina ogro empobreció sus raíces. Tienes que buscar la cura. Somos una con las plantas. Si el árbol “cierra los ojos” nosotros también.



Había unas casas de tejado verde muy brillante con ventanas redondas y antiguas y paredes de color miel.



-         Tienes que visitar al sabio Eupa, él te dirá qué hacer.- Asintió extraña.



Hizo las instrucciones y visitó al anciano, que estaba rebuscando sus polvorientos libros.


- Me imagino que tú eres, el joven nuevo por aquí. Me he enterado de tu búsqueda, verás. Tienes que encontrar la fuente de la vida, la del refrán. Una fuente de piedra bien pulida. Esa agua nos devolverá nuestro propósito y nos curará. Pero…no va a ser fácil encontrarla…..CONTINUARÁ